A mil grados y bajo un sol de justicia empezó el concierto de los holandeses del-Toros pero tuvo que acabar cerca de los diez mil, porque su despliegue de surf punk con unos riffs como no había oído antes en una banda surf, elevaron la temperatura hasta el extremo y derritieron mi cerebro.
Show sin concesiones, que deja pequeño a su trabajo discográfico y que me sorprendió brutalmente.