Los americanos Boss Fink llegaron haciendo rugir sus motores, petardeando sus tubos de escape e impregnando el plácido festival de un brutal olor a gasolina y aceite quemado. Hot Rod y Surf de alto octanaje, potente y con increíble presencia en escena.
Personalmente quiero mandar un abrazo a Norman Cabrera, un tipo genial lo mires como lo mires, como músico y como persona.