Vini, vidi, vinci. Llegar, ver y vencer. Así fue el paso arrollador de los Longboards por el Surfer Joe. Aterrizar, y casi sin probar, enchufarse y ofrecer un brutal repertorio de surf clásico por momentos perfecto y siempre eléctrico. Al público le pareció poco y se quedaron con las ganas de más, pidiendo más bises que no pudieron ser. Una prueba de la entrega tan increible de estos tipos fue que Alfredo acabó agotado y con arcadas, a punto de vomitar; algo que yo desde luego no había visto nunca en un escenario. Eso sí que es vivir la música surf
The Longboards en Surfer Joe (#2)
