Si cierro los ojos y pienso en el concierto del viernes en el Gruta, lo que me viene a la cabeza es la imagen de Albert Ginés también con los ojos cerrados, ensimismado en su música, en su propio mundo, en el que habitan paisajes exóticos, cabezas tikis y Mai Tais. Y veo a sus dos compañeros, Clara y Alberto, como fieles escuderos guardándole las espaldas. Y eso es lo que creo que transmitieron en directo, la materialización de las ideas que les bullen por su cerebro, puesta en escena de otros mundos lejanos.



























Me encanta la descripción del concierto y cómo se materializaron las ideas en el escenario.
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