Embaucados por los cantos de sirena de Eloy y Raquel, corazón y razón de la iniciativa REc, y por la amistad que nos une con los Panches, nos lanzamos hacia Despeñaperros con el coche cargado de trastos innombrables e ilusiones desbordadas.
La experiencia fue de las que marcan, la gente maravillosa y el fin de semana inolvidable. Los Panches se dieron de bruces con un público que estaba ávido por danzar, saltar y sudar. Y eso es lo que prometen y siempre cumplen estos madrileños: con ellos danzas, saltas y sudas. Pero además disfrutas de unos temazos propios de nivel «Virgen Extra».