Y la banda originaria de Groningen cerró el Festival. Afortunadamente la pena por la bajada del telón se compensó escuchando a esta banda, buenísima, que hizo las delicias de los últimos fans que nos resistíamos a abandonar Livorno. Broche de oro.
Hasta aquí la reseña fotográfica de los veinticuatro conciertos que pudimos ver este año. Ahí es nada, veinticuatro. Aunque lo importante no es solo es el número, es la calidad y variedad. No existe un evento así en el mundo, indudablemente.
Reitero mis agradecimientos a Lorenzo y Luca Valdambrini, y a todos los miembros del staff y la organización. Un recuerdo cordial a los camareros por aguantarnos con santa paciencia. Un saludo a toda la familia del Surf, a todos los amigos que hice en Livorno y a los que espero seguir viendo en ediciones posteriores.
I love you. Make love, not war.