La música de estos vallisoletanos tiene algo que no encuentras en otros grupos de música instrumental: una llamada a los ancestros, al acervo cultural de los que nacimos en esta ajada piel de toro. Al «tipical spanish» tan denostado por muchos pero reivindicado por otros. A los menudos españoles que se enfrentaban sin miedo a las suecas altas como montañas. Valientes como quijotes para defender un repertorio como éste que según cuentan alcanza los ciento y pico temas. Y humildes a pesar de dar sopas con honda a muchos otros grupos de cualquier estilo.
Y lo siento, Javi, pero la foto con la cerveza tenía que estar. Porque esta música hay que acompañarla con un buen botellín fresquito.