Este es un blog de fotografía, obvio. Aunque se acompañen las fotos de algún comentario, espero y confío que las imágenes hablen por sí solas y expresen mis sentimientos. Pero en el caso de los Frenéticos, tal vez las imágenes se queden cortas. Seguro. Sobre su música poco hay que decir o tal vez al contrario, podríamos estar hablando todo el día. Los que estuvieron en el Tiki Room en Livorno entenderán lo que digo. Pero de lo que os quiero hablar es de los cuatro días que compartí con Nacho, Pelu, Corcho y Hernán, junto a Estela, Carlos, Vanesa y Valeria. Las cervezas, los cinque cinque, las espumas sin alcohol, los taxis volatilizados y los desayunos desperdiciados, los amaneceres, los juegos de la botella, los bailes, los discos encontrados, los kebabs, el sudor, las cantantes espontáneas, canon o nikon, los palos de batería, y tantas cosas más que llenaron estos cuatro días y los hicieron únicos. Joder, que cuando me despedí de vosotros, este barbudo sin sentimientos se emocionó. Y eso no os lo perdono: os guardaré para siempre un lugar en mi corazón.
Los Frenéticos en SJSF 2017
